La desprotección se define, como
la situación que se produce cuando el padre, la madre o las personas que
ejercen la tutela o la guarda de una persona menor de edad se encuentran
incapacitados o imposibilitados para ejercer los deberes de protección, o
cuando los ejercen de manera inadecuada, de forma que el niño, niña o
adolescente tiene necesidades básicas sin satisfacer que le han provocado o es
probable que le provoquen un daño significativo en su salud o desarrollo. Las
intervenciones preventivas con menores en situación de riesgo de desprotección
tienen ya una amplia trayectoria. Se ha avanzado mucho en el conocimiento de
las raíces de este problema y en las pautas para su intervención; pero, a pesar
de ello, es indudable que existe la necesidad de ordenar y rentabilizar los
conocimientos acumulados sobre este campo.